martes, 8 de octubre de 2013

Este día...

-¿Cómo iba a olvidar este día, a ti se te olvida respirar?
-No, pero... ha pasado mucho tiempo.
-Sin embargo, lo recuerdo como si fuera ayer. Tantas luchas en mi interior jugando por quererte y querer perderte de vista... ¡eso es imposible de olvidar!
-¿Te acuerdas cada año?
-¿Estás de broma? Parece que este día lo elegí yo, tan cerca de mi día favorito, de mi día especial, de mi cumpleaños... Si no hubiera sido porque de verdad existes, porque sé que estás aquí, pensaría que este día, tal como tú, os inventé yo. Creería que alguna parte de mi cerebro se dedicó a pensarte, a crear nuestra historia de película...
-¿A qué te refieres? Esto no es como tus películas de Jennifer Aniston, nunca tendremos un final feliz juntos.
-Ni lo quiero. Y eso es lo perfecto. Y es que esta historia comienza así:

Una chica, de unos dieciséis años, que aún cree en el amor pero que está desengañada, busca un divertimento, chico guapo con el que reírse y pasar un rato. Entonces sales tú, de la nada, y subes las escaleras, y ella, que se queda perpleja ante tu figura, pregunta ¿quién es él? Es el hermano de Paco -responden.
Pero ella no se conforma con eso y quiere saber más. Entonces hace lo posible por conocerle y ... de repente, ya han quedado por primera vez.
Realmente tengo lagunas de ese tiempo pero... se podría resumir en: chica loca enamoradiza + chico cerdo = no casan.

Sin embargo, pasa el tiempo, un mensaje cuando ella ya no se acordaba ni de su nombre. Y todo vuelve a empezar. Chica loca desengañada le propone un juego en el que sólo uno puede vencer, el que no se enamore. Chico cerdo Peter Pan. Sí, llamémosle Peter Pan. Bueno... Peter Pan acepta el trato, sabiendo que con sus trucos de magia, con su inexplicable, inigualable y maravillosa sonrisa, con sus inmensos y fríos ojos, podrá ganar el juego.
Y así pasa, poco tiempo después, de manera incomprensible, ella queda atada a él por un lazo imposible de romper, un lazo entre la pasión, el amor y el odio, aún más fuerte que ninguna de esas cualidades por separado. Y sí, así fue como él ganó este juego. La primera partida, quiero decir.

Tuvieron que jugar mil veces más, y tras ochenta tretas, cien jugarretas, mil artimañas, novecientos trucos, noventa trampas y tres engaños, ni a un empate técnico llegaron. Siempre ella se alejaba de sus manos llorando, aunque lo que realmente quería era abrazarle hasta que el mundo dejara de ser mundo.

Mucho tiempo estuvieron sin saber nada el uno del otro, hasta que el universo cambió y se volvió loco. Entonces ella decidió retomar una relación que nunca empezaron, una amistad que de inexistente, nunca hubiera podido producirse entre ambos.
Y así fue como ella ganó la partida, cuatro años después de comenzarla. Sí, ella le tuvo, fue sólo instante y no como ella hubiera querido o imaginado, pero durante ese minuto, segundo o lo que fuera, ella sabía que le tuvo.

¿Y por qué esta historia no tiene un final feliz si ella estuvo años bebiendo de sus latidos y al final, "le tuvo"? Podría decir que es un misterio, mas sería mentir. Ella jamás consiguió de él lo que quería: un te quiero sincero. Él podía haberlo conseguido todo con un chasquido. Pero al final, ese último primer beso, a ella no le supo a nada, sólo a despojos, a... recuerdos vagos que nadan en el tiempo buscando su lugar. No fue como en las películas románticas, no fue el beso que quería y esperaba. No, decididamente él no era Jake Perry, y ella se alegró por eso.

¿Se odian entonces? Tampoco. Sólo son... dos desconocidos que tienen bastante con intentar encontrarse a sí mismos y que mantienen una relación cordial por intentar mantener algo que... está vacío. ¿Llegarán a ser amigos? Nunca lo sabremos...

-¿Entiendes ahora por qué una romántica sicótica como yo no puede olvidar un día como este?
-Lo entiendo.

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