martes, 23 de julio de 2013

No estoy hecha para ti...

Hoy me querrás, sí, puede que incluso tengas la amarga sensación de estar enamorado de mí, de volverte loco por besarme al tenerme cerca y sentirte ahogado en la distancia de mi cuerpo. Puede que creas que todo sería fácil estando juntos, que sería lo más maravilloso que pudiera pasarnos, que me harías feliz con tu cariño y dulzura, que en realidad eres un tipo sensacional que siempre me saca una sonrisa cuando estoy vacía de optimismo y que mi locura aportaría diversión a nuestra relación, que aunque a veces sea testaruda, ese lado adorable que a veces presento es suficiente, que te haré feliz como una loca, una loca realmente enamorada. ¿Hay mayor amor que el que sienten dos locos?
Puede que alguna vez nos hayas imaginado pintando las paredes de nuestras casa, cenando en el porche de nuestro hogar mientras terminas de preparar la última tanda de chuletas en la barbacoa, haciendo muñecos de nieve en nuestro jardín. Incluso, es posible que me imaginaras de blanco, caminando hacia a ti, hacia el altar en el que aguardas impaciente mi llegada, esperando que al levantar la vista y mirarte mis labios se tercien en una honesta y preciosa sonrisa,  o tal vez, hayas planeado nuestro futuro paseando por el parque con nuestros hijos, agarrándoles por la mano, columpiándoles, agachándonos a atarles los cordones o a curarles las heridas.
Pero eso no pasará, sólo seré un tránsito... una relación muy bonita que te llevará a la mejor relación de tu vida. Y es que desde hace un tiempo, solo soy ella, la chica con la que saliste antes de conocer al amor de tu vida. Siéntete orgulloso, una vez que me pruebas sabes que estás más cerca de encontrar el amor, de ser feliz para siempre con aquella persona. Pero no, siento decírtelo, y puede que tú ahora lo creas con más ganas que nunca pero... decididamente no, yo no soy la chica que sostendrá tu ramo de flores.
Me gustaría serlo, de verdad, y a veces, cuando me siento sola en mitad de la noche, pienso en tus ojos, en tus labios, en la forma en que me abrazas y... me encantaría poder ser ella, ser la mujer con la que compartas el resto de tu vida. Pero no, no quiero decepcionarte, yo, simplemente, no estoy hecha para ti, ni tú para mí. Sé que crees que somos perfectos el uno para el otro, que juntos cambiaremos el significado de la palabra amor. Pero es una gran equivocación, yo aún le espero... no sé su nombre, ni su rostro, nacionalidad, apellido... ni si quiera tengo la certeza de que exista pero... si está ahí fuera, si al igual que yo, aún no ha encontrado al amor de su vida, sabré que es él al mirarle y él, al instante, sabrá si soy yo la mujer por la que se escribieron sus sueños. 

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