No quiero encontrarte a mitad del
camino, y no esperes que lo haga. Si te encuentro a la mitad puede que solo te
conviertas en uno de esos pasajeros que de vez en cuando transita este tren
cuando llueve o nieva demasiado para coger un coche. Si nos cruzamos, y aún no estoy
preparada para girarme al verte cuando pases a mi lado o de largo, jamás podremos
continuar la historia, no me sentaré en tu regazo para coger junto a ti el
avión que marcará mi destino.
Si tropiezo contigo, en medio de
algún navío que ya he emprendido, puede que pase de largo sin si quiera
pestañear. Por el contrario, puede que llames mi atención y me detenga en medio
de la cubierta, contemplando tus ojos. Pero… ¿me harás saltar contigo? ¿Habrá
suficiente espacio en el bote para que quepan nuestros corazones, en el caso de que lo haga? Son preguntas demasiado
complicadas para responderlas.
Si me caigo en un charco
manchando mi precioso vestido color carmín y mi abrigo recién estrenado, y
apareces tú, de la nada, con un paraguas verde esperanza, ofreciendo tu mano.
Sí, la agarraré. Quizás piense que es un bonito inicio, una casualidad
inesperada. Una tormenta hace tropezar a dos personas, cada una con su propia
vida, diferente a la del otro. La aglomeración de gotas de agua en un agujero del
pavimento puede provocar que dos vidas se entrelacen.
Sí, es verdad, puede que todo eso
me haga pensar en casualidad o destino. Pero, ¿serás tú con quien tome el café,
para entrar en calor, de después? Puede que venga de un desastre de cita o
puede que, aún con mi vestido empapado y mi abrigo acartonado, mi cita quede
impresionada porque soy yo, y no otra, la que esperaba.
Por eso, prefiero encontrarte al
final del camino, cuando todas las dudas y posibilidades negativas se hayan
acabado. Cuando esté preparada para girarme y mirarte a los ojos, saltar del
navío con tu cuerpo como único salvavidas, cogerte la mano y plantar a mi cita.
Cuando estrellarme, no sea una opción.
Quiero encontrarte, sabiendo que
el tiempo que te he buscado ha merecido la pena y que, cada una de las personas
que entraron o salieron en mi vida me conducían hacia a ti. Quiero saber que
eres la puerta correcta hacia la felicidad. Por eso quiero encontrarte al final
del camino, porque tú abrirás el principio de otro.
Una cosa, las mejores publicaciones son las que no tienen comentarios, las que dejan al lector tan sorprendido que no sabe qué decir. Me ha gustado mucho esta publicación y te doy mi más sincera enhorabuena.
ResponderEliminarNo me gustaría irme de aqui sin antes pedirte encarecidamente que me des tu opinión sobre mi nueva publicación. Un saludo! http://miproyectoyhobbie.blogspot.com.es/2013/08/cronicas.html