miércoles, 8 de enero de 2014

La espera mereció la pena.

He estado meses guardando en secreto besos que creí que jamás llegaría a darte, caricias que nunca pensé poder profesarte, abrazos que escondí por no poder darte. He imaginado millones de paseos al atardecer, miles de puestas de Sol, siempre a tu lado, abrazada a ti, acurrucada en tu pecho en el lecho de una cama o entre tus brazos de espaldas, cara a cara con el mar.
He pensado muchas veces en cómo sería cogerte la mano, rozarla, y caminar juntos entre la gente, sin miedo a nada, con paso firme y mientras sonreíamos por el simple hecho de tenernos el uno al otro. He ideado miles de fantasías en las que llegaba a la universidad y era de tu mano, en las que venías a recogerme a la puerta de mi casa con un ramo de peonías o con tu preciosa sonrisa como presente.
Tuve más de cien sueños en esos meses, en cada uno de ellos, siempre eras tú mi deseo, mi anhelo, mi mayor apego. En ellos éramos felices, no había nada que quebrara mi seguridad contigo, pero al despertar siempre me invadía la realidad, que todo eso sólo quedaba en mis ensoñaciones.
He rememorado cada uno de los momentos, hasta casi volver a vivirlos. He recordado muchos de ellos, mientras los repasaba una y otra vez en la soledad de mi cama, vacía de ti, y los he reconstruido uno a uno, pensando en como hubiera sido si... como hubiera sido si hubiéramos estado juntos.

Y aún así, aún habiendo dejado volar mi imaginación construyendo recuerdos que casi juré que serían imposibles de cumplir, me he encontrado sorprendiéndome a mí misma, sorprendida por ti, al verme mirando atrás y dándome cuenta de que nada de lo que creé en mi imaginación llega a ser una mínima parte de lo que siento ahora al estar contigo.

1 comentario:

  1. Es sencillamente precioso mi amor me has dejado sin palabras, espero que merezca la pena porque mi único objetivo es hacerte feliz cada día. Te adoro pequeña.

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